estigma o parte receptiva de las flores en las angiospermas, donde germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de semillas y frutos. Las abejas desempeñan un papel importante en la polinización de las plantas con flores, y son el principal tipo de polinizador en los ecosistemas que contienen plantas con flores. Las abejas, o bien se centran en la recolección de néctar o en la recolección de polen, en función de la demanda, sobre todo en las especies sociales. Durante la recolección del néctar las abejas pueden lograr la polinización, pero las que están reuniendo deliberadamente polen son los polinizadores más eficientes. Se estima que un tercio de la alimentación humana depende de la polinización por insectos, la mayoría de los cuales se lleva a cabo por las abejas, especialmente la abeja de la miel doméstica europea El monocultivo y la disminución masiva de muchas especies de abejas (tanto silvestres como domesticadas) han causado que apicultores de miel se conviertan en migratorios, para que las abejas puedan concentrarse en áreas que varían estacionalmente, por la alta demanda de polinización.
La mayoría de las abejas llevan una carga electrostática, que ayuda en la adhesión del polen. Las abejas femeninas dejan periódicamente el forrajeo y se acicalan para empacar el polen en la scopa, que está en las piernas en la mayoría de las abejas. Muchas abejas son cazadoras oportunistas, y recolectan el polen de variedad de plantas, mientras que otras recolectan el polen de sólo uno o unos pocos tipos de plantas. Un pequeño número de plantas producen aceites florales nutritivos en lugar de polen, que se recolectan utilizando este tipo de abejas. Un pequeño subgrupo de abejas sin aguijón, llamadas “abejas buitre”, está especializada en la alimentación de carroña, y éstas son las únicas abejas que no utilizan productos vegetales como alimento.